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MUCHO EGO, POCA AUTOESTIMA Y MAL ROLLO | Pablo Manzano

Paul Paul: –El infierno son los nuestros. Para los otros simplemente no existimos. He acabado por recordar la proyección de mi existencia, la distancia entre lo que creemos ser y lo que somos para los nuestros.

Rita Male: –Tiene una manera de hablar un poco pretenciosa. Yo no aprendo nada de la peña que va de intelectual. Aprendo de gente como Mae, ¿sabes? Mae me enseñó los primeros riff, me enseñó acordes. Eso me dio sabia nueva. A mis treinta y ocho, ¿sabes?

Greenboy: –Yo nunca había tocado el bajo, pero siempre me había hecho ilusión estar en una banda. El nombre se me ocurrió a mí, Los Impostores, porque ninguno sabe tocar bien su instrumento. A Mae le gustó, dijo que así empezaron los más grandes, así empezaron los Beatles. Al principio todos eran impostores.

Mae Doll: –Cuando Rita ya se defendía le regalé su primera guitarra. Negra y con forma de estrella, del mismo diseño que un anillo muy guapo que lleva y que es su prenda fetiche. Nos vestimos las dos de negro y posamos, ella con su guitarra nueva y yo con mi micrófono de los años cincuenta. Greenboy nos hizo mogollón de fotos.

Paul Paul: –Los grupos y músicos célebres de cada época fueron excepciones. Mientras los focos iluminaban a ellos, otros miles se quedaban en la sombra. Creo que es un error tomar su éxito como referencia.

Greenboy: –En una entrevista que hicimos durante la gira le preguntaron a Mae por el nombre del grupo y ella estaba a punto de admitir que no éramos profesionales cuando Paul Paul la interrumpió: «En realidad somos unos músicos muy buenos que se hacen pasar por improvisados, por eso nos llaman Los Impostores».

Rita Male: –Siempre se quejaba de que mi eléctrica sonaba muy fuerte, me decía que me habían regalado un Porsche y que no sabía llevarlo. Yo flipaba, ¿sabes?, porque el pavo ni siquiera sabe conducir. Lo juro.

Greenboy: –Mae quiere que en los conciertos nos vistamos de negro. Mola.

Paul Paul: –Fuma mucha marihuana, por eso le llaman Greenboy. Ellas dos también fuman sin parar. ¿Tienes papel? ¿Tienes papel? ¿Tienes papel?

Mae Doll: –Es una cuestión de estética. Un homenaje a Johny Cash, el gran hombre de negro.

Greenboy: –Los ensayos son un poco caóticos, a mí eso me divierte. A Mae la maría le da hambre y se pone a comer patatas de bolsa mientras canta. Y Rita al menor movimiento tira al suelo el pie de micro, o el soporte de las guitarras, o un ampli. Hace lo mismo que los Who, pero sin querer.

Paul Paul: –Ir todo de negro, a estas alturas, es caer en la parodia. Es como llevar un micrófono de los años cincuenta.

Rita Male: –No tiene estilo, no tiene imagen. Por ejemplo, el pelo. ¿Por qué no hace algo con su pelo?

Greenboy: –Una vez apareció con el pelo muy corto, venía de su peluquero Pakistaní, y Mae le dijo: «¿Qué pasa, Paul Paul, vienes del campo de concentración?».

Mae Doll: –David Bowie decía que Hitler era un artista de los media, que sabía trabajarse al público. Yo creo que además tenía una gran sensibilidad artística.

Rita Male: –Mae me cortó el pelo y me dejó este flequillo rollo Adolf. Me gusta. Lo nazi estéticamente mola mucho, eso hay que reconocerlo.

Paul Paul: –Siempre queda de aquello que se acaba.

Mae Doll: –¿Que por qué hago canciones tristes? Bueno, creo que la inspiración es el fruto del desaliento. No tengo facilidad para llorar, así que mis canciones son como mi llanto. Mi música es ideal para ciudades como Berlín.

Greenboy: –«By my side» es una canción acaramelada. En el primer concierto, mientras Mae la cantaba, Paul Paul no paraba de llorar sobre su piano.

Mae Doll: –El día que lo acompañé a comprarse el piano era mi cumpleaños. Él me regaló un ejemplar de su novela. Después nos fuimos a tomar algo. Aquel día me di cuenta de que Paul Paul era el único de la banda al que de verdad le gustaban mis canciones.

Paul Paul: –La verdad es que todas las canciones y todas las novelas podrían desaparecer sin provocar la menor alteración en el universo. No veo un solo motivo para proteger a los artistas. No son una especie en extinción, más bien una plaga.

Rita Male: –Si alguien leyera sus libros el pavo no pensaría igual, ¿sabes?

Greenboy: –Después del último concierto de la gira Mae tenía una de esas noches.

Rita Male: –Después del último concierto fuimos a un club donde va la gente del mundillo. Todos muy maqueados, superestilosos.

Greenboy: –En el club estaban los dos solos en la esquina de la barra y él le hablaba, parecía que ella estaba más tranqui. Rita estaba a mi lado y no les quitaba ojo. Entonces alcancé a ver una lágrima, y él hizo el intento de limpiarla con el dorso de la mano, pero Mae le apartó el brazo bruscamente.

Mae Doll: –Yo me pregunto qué sentido tiene todo esto... No, no hablo de este documental, que supongo que nos servirá como promoción. Me refiero a la vida. ¿Qué sentido tiene la vida?

Paul Paul: –Aquella noche ella no dejaba de escupir su mantra punk: me la suda, me la suda, me la suda. Así que empecé a hablarle de amor.

Greenboy: –Mae le apartó el brazo bruscamente, y luego le aceptó un kleenex.

Paul Paul: –Le dije que se quitara las mil corazas, las mil máscaras. Le dije, estás hecha para el amor. Le dije, tú y yo nos haríamos mucho daño, pero yo me entregaría a ese amor dañino sin dudarlo. Le dije, acabaríamos arrancándonos los ojos, pero no me arrepentiría de ese amor.

Greenboy: –Y después los dos salieron del club juntos.

Paul Paul: –Sólo tenía que apretar un poco más. Le dije, tus canciones hablan sobre lo que no puede ser, y no hay nada más hermoso que lo que no puede ser, hablan de amor… Y entonces: ¡Bingo! Bingo lacrimal.

Greenboy: –Y Rita fue detrás de ellos.

Rita Male: –Le pregunté a ella qué te pasa y él pavo respondió «nada». ¿Te lo he preguntado a ti? Estoy hablando con ella, ¿vale? Tú calladito. A algunos pavos les toca mucho el ego que una mujer les plante cara, ¿sabes?

Paul Paul: –Mae también respondió «nada, no me pasa nada». Rita Male nunca sabrá por qué Mae Doll lloró aquella noche.

Greenboy: –Había un rumor de lesbianismo. Yo pensaba que podía explotarse con fines de promoción. Paul Paul era completamente escéptico. En el viaje de vuelta me dijo: ¿sabes por qué creo que Mae y Rita no son lesbianas? ¿Por qué?, le pregunté. Porque para eso deberían ser dos tías.

Rita Male: –Muy gracioso. Seguro que lo va repitiendo por ahí. Siempre va repitiendo sus chistes. ¿Por qué creéis que le llaman Paul Paul?

Paul Paul: –Sí, ése es mío (risas). Es que son muy masculinas. Sobre todo Rita. Rita Male, ¿lo habéis pillado? Male.

Rita Male: –Después de la gira el pavo ya no quería ir a ensayar. Yo creo que se le ponían en la garganta con sólo verme, ¿sabes?

Paul Paul: –En cada concierto de la gira había más gente sobre el escenario que en el resto del local. Una vez tocamos para una sola persona, al pobre infeliz le dolían las manos de tanto aplaudir. Hablé con Mae, le dije que aquello no iba a ninguna parte.

Mae Doll: –Me propuso cambios y a mí me parecieron muy oportunos. Me dijo que tenía que rodearme de gente que realmente apreciara mi música, que sintiera mis canciones y se emocionara al tocarlas. Rita y Greenboy sólo querían fardar de estar en una banda de rock.

Greenboy: –Mae y Rita demostraron tener talento de publicistas. Eso que se necesita para resumir mucho en una sola frase. Lo resumieron todo en tres ideas claves, para decirle lo que pensábamos sin ofender. Porque hablamos mucho de él, dijimos muchas cosas sobre él, tantas que por momentos nos sentíamos malas personas y teníamos que compensarlo reconociéndole una o dos virtudes sin peso, para luego volver a cebarnos con él.

Paul Paul: –¿A quién no le dolería enterarse de lo que dicen de uno? Pero seguro que dolería más saber que los nuestros no dicen nada, que uno jamás sale a relucir en sus conversaciones.

Mae Doll: –Se lo comuniqué por mail. Quería evitar un enfrentamiento.

Greenboy: –Mae fue muy telegráfica. Solo expuso las tres razones por las que lo echaba del grupo: Mucho ego, poca autoestima y mal rollo. Paul Paul hizo copiar y pegar para insertar el texto en su página web de solista que ya estaba creando. Le había parecido un eslogan cojonudo. Si entrabas en el sitio leías: «Paul Paul Pianista. Mucho ego, poca autoestima y mal rollo».

Paul Paul: –Crees que la gente cercana debería apreciar tu inteligencia, pero te olvidas de que lo más probable es que nadie te quiera demasiado cerca. Lo que ven los nuestros, eso es lo que somos.

Rita Male: –El cabrón resentido esperó hasta el día de su cumpleaños.

Greenboy: –Un mail larguísimo, casi una novela, el día del cumpleaños de Mae Empezaba diciendo: «Con la verdad por delante se hunde el mundo, pero el nuestro ya se ha hundido».

Paul Paul: –Hasta la gente más dura se vuelve blanda el día de su cumpleaños. No me acordaba exactamente de la fecha, pero tenía el ticket del día en que fuimos juntos a comprar mi piano el año anterior. Aquel día hablamos de sus canciones.

Rita Male: –Se burlaba de ella con ese sarcasmo pretencioso. Veinte páginas o más. Un rollo infumable.

Mae Doll: –Nunca le respondí. No soy una resentida.

Paul Paul: –La gente le tiene terror a ese adjetivo. Prefieren que los vean como subnormales, mediocres, coprófagos, lo que sea… Con tal que no vayan a pensar que son resentidos.

Greenboy: –Fui a visitarlo. Intentó sonsacarme, quería saber qué más se había dicho de él. Dijo algo de la inteligencia… Dijo que si los nuestros no la aprecian, la inteligencia se perturba con resentimiento. Algo así.

Mae Doll: –Es muy predecible. Escribirá algo para ridiculizarnos a todos. Tarde

o temprano lo hará.

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Elias S. Huiñapi
Elias S. Huiñapi
Sep 09, 2021

Hermoso.

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